CORSETERIAS RIOJANAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX
MOMENTOS DE CAMBIO
En Logroño a principios del s. XX había media docena de corseterías todas ellas regentadas por mujeres, ya que la moda íntima era una cuestión por pura moral y recato cosa de ellas. Los figurines con los patrones o con los dibujos de las diferentes vistas de los corsés y sobre corsés se vendían en las librerías y centros de suscripciones que traían la moda de París.
Corsetería Julia Jimeno corresponde al local de 'Casaos y Jimeno' de la calle Portales que podemos ver en este recorte de una postal posterior. |
LA MODA
A finales del s.XIX el corsé podía reducir la cintura unos 10 centímetros e incluso, podía llegar a los asfixiantes 30 centímetros. En 1915 el prototipo de la mujer en "forma de s" (resaltando culo, pecho y metiendo estómago) se va abandonando.
Los corpiños de entonces, eran prendas mucho más cómodas e higiénicas en los que predominaba cada vez más las telas de calidad, y estaban de moda los de faldón largo. En general, permitían mucha mayor libertad de movimientos que en épocas anteriores, hasta que por fin, después de la 'Gran Guerra' se adapta un modelo femenino de belleza más andrógino venido de América, en el que las hechuras no eran importantes.
Los corpiños de entonces, eran prendas mucho más cómodas e higiénicas en los que predominaba cada vez más las telas de calidad, y estaban de moda los de faldón largo. En general, permitían mucha mayor libertad de movimientos que en épocas anteriores, hasta que por fin, después de la 'Gran Guerra' se adapta un modelo femenino de belleza más andrógino venido de América, en el que las hechuras no eran importantes.
La comodidad, el cine, los nuevos tejidos y la invención del sujetador. contribuyeron a la desaparición del corsé poco años después.
EL CARO CORSÉ
Un corsé en 1915 de fabricación nacional sin ser de la 'Sirène de París' podía costar unas 45 pesetas (sin ir a grandes lujos), así que los comercios de este género, tenían margen para su confección a medida.
Podemos leer en LA RIOJA un anuncio de 1891 en el que Gabriela Garrido los confeccionaba por 20 reales en adelante. La 'Corsetería inglesa', en 1915 ofrece rebajado uno "muy largo, esbelto y con cuatro ligas" por solo ¡¡15 pesetas!!
Por entonces una modista podía ganar aproximadamente 1,25 pesetas diarias y otros oficios desempeñados por hombres, el doble (1915).
CORSETERÍAS RIOJANAS
A principios de siglo XX, en muy pocos municipios existieron este tipo de tiendas. Es de suponer que en esos lugares, la alternativa que se imponía, era comprar una publicación con los figurines que traían la moda de París y confeccionarlo con los medios propios o encargarlo a las modistas que los fabricaban según la moda o los deseos de sus clientas y necesidades.
Existieron corseteras riojanas con formación especializada, así podemos leer que en 1895, se establece en Logroño, Eustaquia Sáenz, "corsetera a medida, discípula de doña Paula de la Rosa, corsetera en Valladolid, premiada en la Exposición Universal de París de 1889 y que ofrecía sus servicios en Muro de las Escuelas número 20, entresuelo (frente al Teatro)".
En 1896, Herminia Esteban Villora, de la calle Mercado, 32 de Logroño "confeccionaba a medida corsés higiénicos, formas inglesas y francesas, últimos modelos, fajas para la matriz, espaldillas y corsés de niños a precios módicos".
En 1905 Maximina Espiga que aprende el oficio en la acreditadas fábrica la 'Sirene' de San Sebastián, funda con su hermana la 'Perla Riojana', en la calle Mercado, 41 de Logroño.
En la calle Hermanos Moroy, fue referencia importante la corsetería de Nieves Mora traspasada después a su hermana Juanita.
En la calle Mercado 69 se encontraba la Corsetería de Julia Jimeno que después fue de Casaos y Jimeno.
En 1905 Maximina Espiga que aprende el oficio en la acreditadas fábrica la 'Sirene' de San Sebastián, funda con su hermana la 'Perla Riojana', en la calle Mercado, 41 de Logroño.
En la calle Hermanos Moroy, fue referencia importante la corsetería de Nieves Mora traspasada después a su hermana Juanita.
En la calle Mercado 69 se encontraba la Corsetería de Julia Jimeno que después fue de Casaos y Jimeno.
Sabemos también, que en 1908 anuncian la apertura de su taller en Nájera, Eloisa y Adela Royo que habían ganado el concurso de corte de la academia de Madrid donde habían estudiado estas hermanas.
Ese mismo año, se estableció en Cenicero Emilia Sáenz que los confeccionaba y también arreglaba.
En Haro, destacaba Salvadora Bengoa, que vendía los modelos de París y se desplazaba a Burgos.
Años después, abrió en Logroño 'La Sirena', como delegación de su tienda de Bilbao.
20/01/2018 POST ACTUALIZABLE
Publicado por 1º vez en el Blog Recuerdos de Logroño el 1 de septiembre de 2015 con el título '1915 CORSETERÍAS DE LOGROÑO'
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