RESTAURANT Y CAFÉ LAS AMÉSCOAS DE ANTONIO RODRÍGUEZ (LOGROÑO)
DE CAFÉ DE VERANO A RESTAURANT
A través de la crónica de sociedad, los anuncios publicados en La Rioja podemos seguir la evolución de una de las mejores terrazas del Espolón y restaurant de los que han existido en Logroño.
Todo empezó cuando en 1896 Antonio Rodríguez, abastecedor del 'Círculo' y del Teatro, solicita la ocupación de 148 metros cuadrados del Paseo del Príncipe de Vergara, en concreto, en la zona de las Améscoas (frente a Muro de los Reyes) para instalar un café de verano que se denominará también así. A la vista del éxito obtenido, al año siguiente abre un lujoso café restaurant, que será durante mucho tiempo uno de los lugares de referencia de Logroño por su buen comer.
LAS AMÉSCOAS, EL CAFÉ DE VERANO (1896).
De esta manera tan solemne, se inicia la actividad de la terraza del Espolón más célebre de cuantas ha habido.
Su oferta no se limitaba a los tradicionales helados y refrescos. 'Las Améscoas', tenía una clientela distinguida que degustaba la completa oferta gastronómica de "platos sueltos durante toda la semana y platos del día" los domingos y festivos distinguiéndose por un servicio esmerado más propio de los "buenos cafés de la época".
Se servían pasteles de carne, de pescado, dulces, salados desayunos con chocolate a la vainilla, churros leche, buñuelos de viento, había una buena selección de licores, cerveza...
Tradicionalmente se llenaba después de los habituales conciertos o de las verbenas del kiosko del Espolón. Pero también estaba concurrido en las madrugadas del verano.
Y como es lógico, por su envidiable localización fue testigo de los acontecimientos más importantes que a lo largo del tiempo sucedieron en el paseo del Príncipe de Vergara, desde desfiles, visitas reales, carreras, carnavales...
EL RESTAURANT 'LAS AMÉSCOAS'
Un nuevo "Restaurante" (1897)
"El abastecedor del teatro don Antonio Rodríguez, tiene demostrada su fama de emprendedor y valiente para montar esta clase de establecimientos, como ya se vió el pasado verano con su café-restaurant, planteado y servido con el mayor esmero en el paseo de 'Las Améscoas'.
Queriendo respetar el nombre, y con objeto de sostener su valiosa clientela, durante los inviernos, buscó un local cercado a los que ocupa en las temporadas veraniegas y halló la casa de nueva planta levantada en el muro de los Reyes por nuestro joven amigo don Enrique Fernández Echevarría.
Por extraña coincidencia, el antiguo taller del guarnicionero que es primer oficio del laborioso "restaurateur" señor Rodríguez, ha venido a transformarse en un conjunto de salones lujosos y decorados con sumo arte, como indudáblemente nos se encontrará en muchísimas poblaciones de España ni aun del extranjero.
Deseaba el dueño de 'Las Améscoas' someter a examen de los logroñeses y residentes las excelencias de su cocina y repostería, pero como no era posible realizar el pensamiento como fuera su voluntad, buscó las representaciones de la autoridad en todos los órdenes, la milicia en sus tres armas aquí alojadas, la Hacienda, la propiedad y la prensa.
Defiriendo a los insistentes ruegos del señor Rodríguez, se asentaron en la espaciosa y bien surtida mesa los gobernadores civil y militar, Delegado de Hacienda, fiscal de la Audiencia, los coroneles de infantería, caballería e ingenieros señores Carvajo, Losada y Clavijo, el senador señor Herreros de Tejada, don Luis Moreno, primer teniente de alcalde, el juez y fiscal municipal y los representantes de la prensa local señores Menchaca, Alcalde, Peña, Bellido y Zorzano, así como nuestro estimado amigo don Santiago Díaz, director de 'La Verdad', de Calahorra.
La comida dio principio a la una y media prolongándose hasta cerca de las cuatro, bajo la siguiente minuta:
Consommé a la Portuguesa, Fritos variados, Solomillo a Colbert.
Salmón salsa holandesa, Fiambres variados, Pollos asados.
Entremeses, Paté foie gras, Salchichón, Variantes, Sardinetas
Postres: repostería y frutas.
Helados: Ponche ruso a la vainilla
Café, licores y habanos.
Vinos: Compañía Vinícola, Roig, Gil. Champagne: Veuve Cliquot, Möet Chandón.
Como dijo oportunamente el señor Guillén, no es moda el brindar, limitándose a desear prosperidades al nuevo establecimiento y salud a los concurrentes.
El señor Herreros de Tejada por complacer a las reiteradas alusiones del Delegado de Hacienda, improvisó un brindis muy ingenioso, diciendo que si el hombre lucha por la existencia buscando la manera de vivir para comer, como lo patentiza el acto que se celebra, después de una comida como la que acaban de saborear, estaba justificado que su aspirara a vivir para comer.
Y luego continuó la conversación en el tono más apropiado al lugar en que se sostenía y a la culta expansión compatible con las condiciones de sexo, ocasión y calidad de los reunidos.
Por la tarde y noche acudieron muchísimas personas a estrenar el salón que tiene muchísima alegría y muebles cómodos y elegantes.
Sin duda, interpretando mal lo que decíamos de que habría música en la inauguración, se vio muy favorecido el andén de muro de los Reyes, pues nosotros nos referíamos al acto de mañana.
Mucho nos alegraremos que los grandes desembolsos hecho por los señores de Rodríguez para dotar a Logroño de un restaurante a la moderna, obtengan la recompensa que merecen." La RIOJA 4 de mayo 1897
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