BOINAS RIOJANAS Y BOINAS ROIG DE SANTO DOMINGO DE LA CALZADA, LA ÚLTIMA FÁBRICA DE LA RIOJA

 

Hubo un tiempo que todas las personas debían llevar un sombrero para cubrir su cabeza y retratar su condición social...

Hoy, en un mundo de personas "sin sombrero", la boina como prenda de uso popular, no pasa por su mejor momento, pero en un pasado no tan lejano, vistió la cabeza de media España. Curiosamente, cuando se habla de este gorro nos surgen un buen número de estereotipos, pero rara vez la contemplamos como un objeto industrial de gran éxito. 
La última de estas fábricas en La Rioja fue la de Boinas Roig de Santo Domingo de la Calzada. 












MILLONES DE BOINAS, O LA FÁBRICA COMO ELEMENTO CLAVE EN SU POPULARIZACIÓN.


Independientemente del debate del origen etnográfico de la boina, su uso histórico, utilización actual... su fabricación ha ido evolucionando con el tiempo y de procesos artesanales pasó a tener una manufactura industrial.

Así, en 1852 la noticia de la venta de la fábrica de Azcoitia, a Esteban Hurtado de Mendoza (curiosamente Logroñés de nacimiento) nos proporciona información de gran valor, en el que nos da noticia de una de las fábricas pioneras en España y de su elaboración  por entonces:
".. / las boinas se hacen á punto de media por mujeres y niñas de todas edades en sus propias casas, y sin abandonar las atenciones domésticas logran un jornal razonable. Las demás labores que requiere su conclusión y otros tejidos de lana, cuya confección está poco generalizada en España, una en aquel la fábrica gran número de personas, /... Sabido es que la boina es de uso muy general en el país Vascongado como adorno y abrigo de cabeza, y era considerable el tributo que la importación de este artículo desde Francia imponía de nuestra nación y del que ahora se ve libre".


  • Nacido - Logroño, La Rioja, España
  • Fallecido el 3 de julio de 1873 - Azcoitia, Guipúzcoa

 

La histórica fábrica de Elosegui, ha sido y es, la gran fábrica modelo de
boinas. Su liderazgo a lo largo de toda su historia es una constante,
hoy más que nunca, ya que es de las pocas o la única que sobrevive.


No podemos hablar de las primeras fábricas y talleres, sin los avances tecnológicos que fueron progresivamente incorporándose con las nuevas patentes que desarrollan los telares. Así, la máquina circular permitía fabricar a una obrera una veintena de boinas al día, en un telar circular y rectilíneo se multiplicaba la productividad por diez. Es decir, la producción industrial de la boina garantizó a partir de ese momento una mayor expansión y uso masivo.

LAS FÁBRICAS DE BOINA Y SU EXPANSIÓN

Se puede decir que la manufactura industrial de la boina cumplió a la perfección el ideal del buen comercio de principio de siglo XX representado por las iniciales B.B.B. de bueno, bonito y barato, por lo que su éxito fue imparable y se inundó con este cubrecabezas la geografía española hasta el más alejado rincón, al igual que hoy, de forma parecida lo han hecho las gorras publicitaria en el entorno rural.

Los primeros grandes telares, o al menos los más importantes, que
las elaboraron en España además de la citada fábrica de Azcoitia se localizan en Tolosa, la fábrica la "Casualidad" de Antonio Elosegui (1858); en Balmaseda, "La Encartada" (1892); siendo también muy importantes en esta década algunas de las fábricas en Olot como las de "Massllorens Hnos", "Sacrest" que incorporan innovaciones importantes en su mecanización.  


Las fábricas y talleres de la sierras de la Demanda riojana y burgalesa surgen a finales de la década de 1880 al incorporar al tradicional manufacturado de bayetas y chalecos, el de la boina.


Como anécdota se puede mencionar que fuera de España, en Argentina, se funda en la provincia de Buenos Aires la gran fábrica de boinas "Emilia" (1892) que luego fabricará otros hilados llegando a tener 1.200 trabajadores.

Progresivamente se incorporan otras industrias localizadas por toda la geografía española, así encontramos industrias en Alcoy, Valencia, Vigo, Gijón, Zaragoza, Jumilla, Almagro... 

En un ambiente de gran producción y competencia en los años 20 y 30 del s. XX, los fabricantes establecen estrategias comerciales de diferenciación. Para que nos hagamos una idea, en 1930 algunos autores citan que en Tolosa se producían el asombroso número de 4.500 boinas diarias y por entonces, también se manufacturaban en gran parte de España un número considerable. 

Son momentos en los que la identificación de la "denominación de origen" de la boina por el lugar de fabricación con su mercado de proximidad es una cuestión que se utiliza para vender más.  No solo se establece esta estrategia comercial en el País Vasco, donde se encuentran las fábricas de mayor importancia y la producción adquiere connotaciones de identidad nacionalista o regionalista. También, este ejemplo prosperó en Castilla, con su boina castellana y en otros lugares, que revindicaban esta prenda como parte de su acervo cultural. En la década de 1930 entre Ezcaray y Pradoluengo producían más de 4 millones de boinas al año y lógicamente, hay industrias localizados en esta región que defienden que sean las boinas producidas en su territorio las más vendidas en su entorno. Son momentos que la costumbres, el comercio y la industria local van de la mano. (Ver anuncio)




LA FABRICACIÓN DE LA BOINA EN LA RIOJA/ SIERRA DE LA DEMANDA.


Según algunos acreditados estudios de la industria textil, el ya famoso declive en las sierras riojanas en el s. XIX se manifiesta con nuevas incertidumbres. Por un lado el ferrocarril facilita la comercialización de los tejidos que vienen de otros lugares condicionando el propio mercado de proximidad, por otro, los nuevos tejidos como el algodón y especialmente la modernización de los telares, propicia que gran parte de la industria lanera riojana no sea competitiva, y así lugares en el pasado con tradición destacada como Soto de Cameros, en 1900 su actividad carece de importancia o sea prácticamente inexistente.

Solo subsistieron con dificultades algunos núcleos fabriles riojanos que en alguna medida se modernizaron especializándose principalmente en la fabricación de bayetas y paños de menor calidad que los producidos en Tarrasa o Sabadell.  Como alternativa o complemento a la bayeta, algunas fábricas riojanas optan por la fabricación de mantas, manteles, boinas y calcetines...



Las fábricas de boinas de la Sierra de la Demanda.

En el entorno de la sierra de la Demanda en el que podemos incluir el eje de las comarcas vecinas de Ezcaray - Pradoluengo (Riojilla burgalesa) se concentraron los principales fabricantes de boinas, de la entonces Castilla. Por lo general son pequeños talleres, domicilios particulares con telares manuales que progresivamente se incorporan a la fabricación de esta prenda ante una coyuntura social e industrial muy similar, que ven en la boina y luego en el calcetín una salida a su tradicional industria textil poco competitiva.












A principios de siglo XX, según el 'Anuario de la vida oficial, el comercio y la industria de la Provincia de Logroño, 1915 de Hijos de Alesón, existían en Ezcaray (la Rioja) dos fábricas, la de Arcadio Alesanco y Vda. de Gonzalez Raboyaye, que exportaban su producción a Castilla y Galicia.

En 1934 tenemos un descripción de gran valor testimonial de la Fábricas de Nieto de Rabayoye fundada en 1814 y Arcadio Alesanco sobre el proceso industrial de fabricación de la boina: 

"La maquinaria era ultramoderna marca nacional fabricada en Olot por los Sucesores de Manuel Ciuran. Se trabajaba en la fábrica 16 horas en dos turnos:

Con los ovillos de hilo de los que antes hemos hablado, es puesto en husada para su bobinado, y seguidamente se coloca en telares, los cuales hacen el tejido de la boina por menguado y pedazo.

Poco a poco y en curvas de mayor a menor, va dándose formato a la boina abierta que es unida en la máquina remallosa por punta de aguja. Inmediatamente se coloca el rabillo por la máquina trenzadora. 

Anuncios 1934 de fábricas de boinas de Ezcaray

Una vez la boina tejida, unida y con rabillo, pasa a la máquina batán, (estos batanes no hacen ruido como aquellos célebres del Quijote), donde sufren la transformación de tejido de paño, o sea que por efecto de los mazos, la temperatura del bataneo y la sosa Solvay, adquiere el tejido la contracción deseada, hasta llegar con conversión.

Entonces pasa al tinte automático en la caldera de cobre en donde se depositan los colorantes, para tintarse de una sola vez hasta 100 docenas de boinas, en un cilindro de madera.

La boina sale hecha una pelota y entonces hay que llevarla al hormado para darla forma.  Una vez hormada y desaparecidas las arrugas en la máquina “percha”, que tiene por objeto levantar el ya paño por ambos lados, pasa por ambos lados, pasa a otras máquinas que corta el pelo que la máquina percha ha levantado, con el fin de afinarlas.

Hecha esta operación pasa al despeine, donde son revisadas y corregidas las faltas que las máquinas han dejado.

Luego se prepara el forro, el cual es marcado con el nombre del fabricante o como desee el cliente. La colocación del forro es manual y por último se coloca la correa que circunda el interior".


En los años 40 del siglo XX, también se tiene conocimiento de la fábrica de boinas de la mercantil "Haro Industrial", sita en la Carretera de la Estación.




Diego Ochogavia, en su 'Historia textil riojana' IER (1957) Nos señala que en Ezcaray en 1957 existen del gremio textil seis fábricas produciendo dos de ellas boinas.

Y de esta manera, nos describe el estado y la producción de una de estas fábricas:

... / Otra, de gran importancia, se emplea como fábrica de boinas, calcetines y chalecos de lana. Dispone de la maquinaria completa para esta clase de producción, accionada por motores eléctricos de 40 H.P. y uno de gasolina, de reserva, de 20 H.P., que accionan la mencionada maquinaria, más un lavadero de lana y una trituradora de borra. Su plantilla laboral está constituida por 50 obreros y su producción en boinas es de 50.000 docenas; 5.000 docenas de calcetines; y 12.000 docenas de chalecos. Una tercera, también de envergadura, fabrica boinas. Dispone de dos secciones: una de hilatura, que contiene el lavadero de lanas, tres cardas, una emborradora, una repasadora, una mechera, un diablo y dos selfactinas de 500 husos cada una; la otra sección, de fábrica de boinas, con 18 máquinas rectilíneas de distinto número de cabezas, una bobinadora, cuatro máquinas tundosas de 20 cm., un cilindro, dos perchas, un torno de 1,30 m. (280 husos), dos taladros esmeril dobles y banco de trabajo, una turbina de eje vertical de 6 H. P., un motor eléctrico de 7,5 H.P., una centrífuga, un extractor, dos batanes de 15 Kg., una lavadora de vapor, un bombo para teñir y un generador de vapor de 24 m. cuadrados de superficie de calefacción. El número de sus obreros es de 40 y su producción de 1.000 boinas diarias".



La autora Victoria Sáenz Terreros en 'Fábricas de  tejidos en el valle del Oja' pág. 459-588 (1983), nos da algunas valiosas referencias sobre la fabricación de boinas en esta zona,  así refiriéndose a Ezcaray:

"
Anuncio 1938 de la fábrica de José Pueyo
En 1958 todavía se elaboraban boinas y lanas para labores
en la fábrica propiedad de la viuda de 
don José Pueyo (Sabina Cuota). Trabajaba también la fábrica de boinas y género de punto Urri, Sociedad Anónima, que fue anteriormente propiedad de D. Arcadio Alesanco. Todas han desaparecido hace 25 años". 


En la vecina comarca de Pradoluengo Juan José Martín García, en su tesis y en numerosos artículos dedicados a la industria textil de Pradoluengo nos glosa muy bien esta actividad:

"En 1885 se estableció la primera máquina circular de mano para la fabricación de boinas. En 1920 una sola factoría elaboró más de 600.000. En 1935 la Villa Textil contaba con siete fábricas de boinas, que vendieron al año millón y medio de unidades, también en el extranjero. La última fábrica, Boinas Mingo, cerró a principios del siglo XXI". (Publicado en: `SOS de un hito del patrimonio industrial castellano: Pradoluengo (Burgos')".

Así, podemos concluir que la boina, creo riqueza, empleo y tuvo en esta región natural fronteriza de la Sierra de la Demanda una gran tradición. 



BOINAS ROIG DE SANTO DOMINGO DE LA CALZADA, LA ÚLTIMA FÁBRICA DE BOINAS DE LA RIOJA.





Gregorio Roig nació en Haro y formó parte de las élites industriales y comerciales de La Rioja. 

Era hijo de Francisco Roig Marcer y también yerno de Juan Ferrer, dos importantes comerciantes de tejidos de origen catalán, uno de Haro y el otro, de Santo Domingo de la Calzada que gracias a su fortuna hecha con el negocio de tejidos fueron propietarios de dos bancos comerciales Banca Francisco Roig e Hijos y Banca Juan Ferrer.

La familia de Gregorio Roig, además de negocios en Haro, dispusieron de comercios de tejidos en Calahorra, Pamplona y San Sebastián. Uno de sus hermanos fundará la bodega Cipriano Roig y una de sus hermanas se casará con el prospero comerciante y farmacéutico Agustín Tosantos Baltanás. Es decir, es una familia con recursos económicos y variadas iniciativas en el mundo de los negocios. (ver imagen panel Gregorio Roig La saga familiar)


Su trayectoria en Santo Domingo de la Calzada.

Gregorio contrajo matrimonio en la Catedral de Santo Domingo de la Calzada en 1898 con Montserrat Ferrer y Arce, pero en un principio no reside en Santo Domingo, si no en Haro donde regenta hasta 1910 un comercio de tejidos al por menor, en la calle Libertad, 1. A partir de esa fecha, se domicilia en Santo Domingo de la Calzada y probablemente participa en los negocios de tejidos y bancarios de la Vda. de Ferrer y su hijo Francisco (Banca Juan Ferrer e hijo).


 Anuncios de el periódico La Rioja 1940 y 1927



Inicio de la fabricación de las afamadas boinas "ROIG"
Gregorio Roig por su trayectoria profesional tenía sobrados
conocimientos del negocio textil y por sus relaciones comerciales conoce de primera mano las fábricas de tejidos, de Ezcaray y son frecuentes sus viajes a Pradoluengo donde la familia Ferrer tiene buenas relaciones de amistad con algunos de sus vecinos más ilustres. En 1916 Gregorio, dispone del capital necesario, y es el momento propicio para fundar la fábrica de boinas  de la marca "Boinas Roig"  ¡¡la boina está en plena expansión!!

BOPI - Registro de la Marca 1945


Gregorio Roig fallece en 1949.


SUCESOR DE GREGORIO ROIG

Nuevamente por Victoria Sáenz Terreros en  ['Fábricas de tejidos en el valle del Oja' pág. 459-588 (1983)], sabemos:

 "la fábrica será traspasada a D. Pedro María Sáenz de Pipaón en 1949  y que por entonces realiza una manufactura a base de cascos recibidos de Pradoluengo. Realizándose las siguientes labores:
1º Se horman los cascos con plantillas circulares de madera.
2º Se planchan a vapor. 
3º Se corta el forro. 
4º Es dobladilla en una máquina diseñada por su dueño. 
5º Se timbra el forro en máquina prensadora, con cliché de bronce y cliché plastificado, a vapor. 
6° Se cose el forro a la boina a puntada invisible en una máquina americana de la marca Lewis, fabricada por la « Unión Special » de Chicago, que prende el forro de 12 boinas en 5 minutos.
7.º Termina la operación con el cosido de badanas.


La comercialización de este producto va dirigida a Galicia y las dos Castillas, fundamentalmente, aunque tiene clientes en toda España. El mismo titular fabricó calcetines con cuatro telares desde el año 1961 al 70, fecha en la que abandonó esta actividad. 

Hoy (1983), por tanto en Sto. Domingo solamente se conserva esta fabricación textil sobreviviendo hasta el momento presente cuando han desaparecido las industrias de boinas de Ezcaray de mayor envergadura, como la URRI S. A., y la de la Vda. de Pueyo, que no pudieron afrontar el período de estabilización del año 1960". 

Las últimas boinas de esta marca no sobrevivieron muchos años más y llevaron la etiqueta, de "fabricadas en Pradoluengo" la tierra burgalesa hermana donde los telares aguantaron más tiempo.






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NOTA Y RECOMENDACIÓN

Al finalizar de escribir este post, encontré el más importante artículo monográfico sobre la boina en La Rioja que conozco, cuyo autor es Juan José Martín García. No he querido añadir a este post, más a lo escrito, ni incorporando algunos datos que desconocía. Considero que este artículo es un referente y debe leerse de forma completa y no citada así que lo podéis leer en este  link de la Revista Belezos que es donde se encuentra.

"Qué más da que se escriba con bé o con uve..."las boinas de Ezcaray y Pradoluengo




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