LOS CARAMELOS DE CÁNDIDA AMELIVIA, LA PASTILLERA AMBULANTE PROVEEDORA EFECTIVA DE LA CASA REAL POR UN DÍA
Las pastillas de café y leche se hicieron populares, y llevaron durante muchos años el nombre de Logroño por toda España convirtiéndose en el símbolo de la ciudad y el obsequio imprescindible para los forasteros que la visitaban.
A principios de s. XX, la fabricación de estos caramelos típicos logroñeses con su polémicas sobre cuales eran legítimos protagonizaron sus pequeños enfrentamientos comerciales.
Tampoco fue fácil su venta en "ambulancia" (ambulante), que se caracterizó por un ambiente competitivo, y así en los alrededores de la estación de trenes de Logroño y de otras poblaciones existían numerosas vendedoras que día a día se disputaban los favores de los viajeros para obtener un escaso jornal.
CÁNDIDA AMELIVIA
En 1906 Cándida Amelivia, fue denunciada
por el Interventor del Estado en Ferrocarriles, y multada junto a Emilia Gómez y Emilia Peciña con la desorbitada multa 15 pesetas por arrimarse a vender en
la verja de la estación, infringiendo el Reglamento de ferrocarriles. Pero, su osadía fue premiada dos años después con motivo de la visita de S.A.R. la infanta Isabel (popularmente llamada la "chata") a Logroño.
Según dicen las crónicas, a la salida del teatro: "Candida Amelivia obsequió a la infanta con una bandeja de pastillas de café elaboradas por ella lujosamente adornada con flores y cintas de seda. S.A. se mostró satisfecha del obsequio", y al día siguiente como muestra de agradecimiento le hizo llegar 20 pesetas.
De esta manera sus modestos caramelos, tan legítimos y sanos como los renombrados de los 'Sobrinos de Vda de Solano' (sobrinos por parte de Celestino luego llamados 'La Cabra') o las pastillas de 'Vda. de Solano - Gregorio Cabañas' (también sobrinos pero por parte de Antolina Olalde, vda. de Celestino), regalados los primeros, a la infanta Isabel en la plazoleta del puente de Hierro a su llegada, y los otros, en un hermoso estuche de terciopelo granate en la recepción a las autoridades, se convirtieron de forma espontánea en protagonistas. (1*)
Sin duda, Logroño regalando por tres veces a la hermana de rey sus famosísimos caramelos, dejó claro el origen de las pastillas de café y leche.
La marca de Cándida, no sabemos si registrada pero sometida a los controles sanitarios del laboratorio oficial, en un principio se llamó 'Escultura de Espartero' (1908), más tarde 'Espartero' (1909) (2*).
La marca de Cándida, no sabemos si registrada pero sometida a los controles sanitarios del laboratorio oficial, en un principio se llamó 'Escultura de Espartero' (1908), más tarde 'Espartero' (1909) (2*).
Ésta, es otra pequeña historia de la vida cotidiana del comercio y la industria logroñesa perdida en el tiempo, igual que la fama de Logroño y sus caramelos de café y leche que finalmente se olvidará.
Notas
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(1*) Por entonces los fabricantes de café y leche Alonso Hnos. y Vda. de Solano, se disputaban la posesión de la marca de Celestino Solano y Antolina Olalde "Viuda de Celestino Solano" y, salomónicamente las autoridades no queriendo entrar en la polémica optaron por obsequiar a la infanta Isabel con pastillas de ambos.
Las dos acreditados confiteros ganaron medallas en distintas Exposiciones y fueron proveedores de la Casa Real, distinción que muchas empresas y fabricantes ostentaban publicitariamente con orgullo como indicativo de que eran "los mejores" en su especialidad.
Las dos acreditados confiteros ganaron medallas en distintas Exposiciones y fueron proveedores de la Casa Real, distinción que muchas empresas y fabricantes ostentaban publicitariamente con orgullo como indicativo de que eran "los mejores" en su especialidad.
(2*) Probablemente las pastillas de café y leche de Cándida
Amelivia, se registraron en el año 1922 con el nombre de 'Vda. de Laureano Ruiz e hijos', el logotipo de esta marca era la escultura del General Espartero. Por desgracia la actividad comercial y emprendedora de las mujeres ha permanecido injustamente oculta por motivos legales detrás del nombre de sus maridos, este es uno de estos casos, en el que no tenemos certeza si Cándida Amelivia era la vda. de Laureano Ruiz.
Amelivia, se registraron en el año 1922 con el nombre de 'Vda. de Laureano Ruiz e hijos', el logotipo de esta marca era la escultura del General Espartero. Por desgracia la actividad comercial y emprendedora de las mujeres ha permanecido injustamente oculta por motivos legales detrás del nombre de sus maridos, este es uno de estos casos, en el que no tenemos certeza si Cándida Amelivia era la vda. de Laureano Ruiz.
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Nota final.
De las contemporáneas vendedoras de estación o callejeras, como Cándida Amelivia de Logroño, se conocen los nombres de María Córdoba, Constantina Sánchez, Primitiva Monforte, Segunda Nalda, Emilia Gómez, Constantina Sánchez Suberviola, María Zorrilla, Emilia Peciña y entre ellos Nemesio Pascual (Monin), Emilio Gómez, Ceferino Rodríguez Peciña...
De las contemporáneas vendedoras de estación o callejeras, como Cándida Amelivia de Logroño, se conocen los nombres de María Córdoba, Constantina Sánchez, Primitiva Monforte, Segunda Nalda, Emilia Gómez, Constantina Sánchez Suberviola, María Zorrilla, Emilia Peciña y entre ellos Nemesio Pascual (Monin), Emilio Gómez, Ceferino Rodríguez Peciña...
Para poder valorar la importancia de la multa y del premio, hay que tener en cuenta que una costurera ganaba aproximadamente 0,75 pesetas al día por 10 horas de trabajo.
Probablemente algunas de las citadas es la del fotograma de 1914 que ilustra este post ¿Quién sabe?
Las pastilleras pasarán a la historia por el grito reclamo que ambientaba las estaciones de trenes de España durante mucho tiempo ¡¡legítimos caramelos de café con leche de Logroñooooo!!"
Como siempre un placer. Un abrazo. En está pelicula de Tramullas 1914 de Zaragoza es un documento para descubrir el vivir de Logroño.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, coincido la película es interesantísimas con escenas increíbles.
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