HISTORIAS DEL COMERCIO Y LA INDUSTRIA RIOJANA DE SANTI DE SANTOS

Sus dotes sobrepasan a los de un relojero corriente, y es además, mecánico, electricista, comisionista, e interviene tanto en la modernización de una panadería, como en la de un molino o la traída de aguas,  pero de su vida, hoy poco conocida, sorprende su faceta de inventor:

El gremio de los farmacéuticos fueron grandes emprendedores, y en La Rioja no faltaron ejemplos. Así Enrique Ruiz de Oña   registra una marca de fábrica para un anticatarral,  un producto para los cascos de los caballos y "un preparado maravilloso para aumentar la postura de huevos en toda clase de aves".   

Follow @SantideSantos A Munilla ...   al "espíritu munillense" que fue y debería ser hoy,  un ejemplo de como las épocas de crisis económica se superan creando un valor añadido, es decir con "investigación" e "innovación". El increíble pasado de Munilla Cuando ves en Munilla los esqueletos de molinos, batanes ... con sus conglomerados de ladrillos, tejas rotas y vigas carcomidas por las humedades,  sientes que son  un buen motivo fotográfico y un recuerdo de otra época.  Pero la actividad industrial, además de dejar  restos arqueológicos fabriles , también tiene un patrimonio inmaterial que se replica en los registros oficiales, en las correspondencia, en la prensa y boletines de su tiempo. Estos testimonios del pasado son los últimos libros donde se pueden leer las historias de la siempre escasa y tardía revolución industrial española. Y, como en pocos lugares, en Munilla podemos sorprendernos de su esplendor y su excepcionalidad industr

A principios del s. XX los coloniales al por mayor y durante mucho tiempo, fueron negocios de los más prósperos, ya que la alimentación fue uno de los principales valores en alza en momentos que la población española crecía y en la que amplias capas de la población solo podía comprar productos de primera necesidad. EL ALMACÉN DE COLONIALES DE JUAN RAMOS.   En Logroño, existían varios almacenes de coloniales que por lo general, tenían su especialidad como pequeños tenderos de ultramarinos, pero los había que completaban este negocio con otros muy variados. Algunos, tenían  un molino o un trujal, otros complementaban su actividad con la posesión de un tostadero de café, una bodega, la fabricación de jabones y lejías, conservas, fábrica de electricidad, galletas... y la mayoría de los almacenistas, con la explotación de tierras de cultivo cuyos excedentes  propiciaban el principal de la actividad que desarrollaban.  Los Coloniales al por Mayor de Juan Ramos domiciliados en